Se sienten pasos

Despierto y es de noche. Confundo las horas. La luz de la calle invade mi pasado. Esa luz ámbar tan sola, tan musical que llega con recuerdos que parecen canciones y pienso…

Pienso y es en ti. En tu pie que siempre está frío. Pienso en tu cabello y cómo lo peinaba con mis dedos cuando te dormías en mi pecho. Pienso en tu forma de bailar y reír cuando estás contenta desde el corazón y sonrío.

Sonrío y es por mí porque estoy feliz de sentir la luz de la calle. De ver mi rostro envejecer. Feliz de saber que lo sé. Sé que mis canciones suenan en las nubes y la luna sonríe conmigo. Sé que mis palabras tiemblan ante tu mirada pues tus ojos pesan y las vocales son más débiles que las consonantes.

Escribo y es para hablar conmigo, así decirme que mis sueños no son sueños sino recuerdos del futuro. A veces son batallas con demonios que tienen apellidos conocidos y otras en un vuelo contemplativo sobre toda la sedosidad de tu piel.

Siento y son pasos. Pasos que se acercan y no sé si debo despertar, pensar, sonreír o escribir. Solo siento y son pasos. Pasos que alegran mi alma. Pasos que susurran.

Buenas noches. Pase usted. Yo no soy aquel ni usted es quien fue.

Preludio

¿Por dónde empiezo?
La historia durante el tiempo que estuviste dormida
Vine a contarte las historias que valen millones de años luz
Pero cuando dejo que mis ojos te reflejen siento la necesidad de estar contigo, con una versión tuya que nunca conociste.
Quiero intentar amar tu dolor que no desaparece
He encontrado tu mano en el extremo más alejado de las pocas galaxias
¿Cómo la sostengo sin romperla?

Te he estado buscando desde
Tu vida pasada pasada pasada (Zen Zen Zense – Radwimps)

Una nube cuelga y enmudece mi felicidad. Mil barcos no pudieron rescatarme de mi naufragio. Desearía que estuvieras aquí soy un satélite herido. Te necesito ya, recoge mis piezas, reconstrúyeme. Imagino tu rostro en la parte trasera de mis ojos. Fuego en el ático, prueba de lo que vales!

Anna-molly, Anna-molly, Anna-Molly.

Estoy llamando a tu nombre en el aire. Ninguna de las otras se podrá comparar!

Anna-Molly, Anna-Molly! (Anna-Molly – Incubus)

Hace tanto que te miro
Sé que no eres mi destino
Ni siquiera una obsesión. Por mi parte no hay problema
Aunque rompas mis esquemas
Aunque cada vez que te hable mi cortada
Solo esquive tu mirada y poco a poco
Volverme un ser irracional (Este loco que te mira – Marck Anthony)

Acto 3: Cancionero

No hay relatos, cuentos, novelas o cartas que pueden completar esta historia. Solo la música podría darle sentido. Construyamos un final que podamos bailar.

Pues querida, amores como el nuestro quedan ya muy pocos.

Acto 3, cancionero… empecemos… ¡¿y cómo dice?!

Madurez

1 Corintios 13

La preeminencia del amor

13  Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.

Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;

10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.

11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Solo quien ama madura. Amar hasta que duela. Amar sin esperar nada, soportando todo por el amor en sí. No por nadie más que por el hecho mismo de amar. Atrás queda el niño enamorado y ahora queda el hombre que ama.

Ese niño que renegaba de no ser atendido a tiempo, de no ser amado como el quería que lo amen, ese niño que jugaba con las personas pues no entendía el amor que tenía entre los dedos. Es natural actuar así cuando alguien que no conoció el amor lo tiene en su vida por primera vez y no sabe qué hacer con él. Es un niño y actúa como niño.

Un hombre en cambio lo es cuando logra superar el dolor del vacío y la pérdida. Dejar atrás las necesidades egoístas. El decir «yo necesito esto de ti….» y empezar a decir «yo te amo y ya».

Un hombre que ama sin esperar nada más que la felicidad de saber que puede amar. Feliz de sufrir por amor pues ya sufrió bastante por el dolor, rencor y miedos. Sufrir por amor es vivir, es crecer porque solo el que ama madura.

Un amor maduro es aquel que no actúa mal, que no guarda rencor, que solo quiere lo mejor para el otro sin esperar nada a cambio. Un amor que piensa siempre en el otro en la medida que se ama así mismo. Pues uno ama en la medida de su propio amor. Y ya maduro, se ama así mismo más que a cualquier otra persona y así puede amar a alguien de una forma incalculable.

Un amor maduro sobrevive todo y lo vive todo porque el amor no puede morir. Solo a través del dolor se hizo más puro y perfecto.

El amor es como el carbón. Inicia como un bloque gigante de piedra que parece indestructible e inacabable. Luego la presión de la vida, los problemas, los miedos y sufrimiento es que lo aprieta y concentra. Lo destruye en apariencia pues ya no es un bloque enorme sino más bien algo pequeño y transparente. Minúsculo a comparación.

Es a través del dolor de vivir que el amor se convierte de un enorme bloque de carbón a un precioso e indestructible diamante.

Y nada puede cortar el diamante. Como nada puede destruir el amor.

El acto de continuar

Hola, soy el narrador. Ya pasó algún tiempo desde que supimos algo de nuestros amigos. Hoy soy yo el que tendré que narrar lo que sucedió. Ya no hay nadie más ahí.

Disculparán mi forma de contarlo, soy el narrador y me tomo algunas licencias.

Laguna se fue. Se hizo grande y no quiso seguir viviendo atada a un bosque antiguo lleno de pasados y sola. Bella y sola. Saludando a quienes no la saludan, esperando a quienes no llegan más. Laguna se transformó en algo más, pero las transformaciones no surgen mágicamente. Ella conoció el amor, el más puro y profundo amor que jamás pensó sentir.

Un amor que no llegó a comprender hasta que ya no estuvo ahí. Hasta cuando la enormidad de su ser aplastó esa luz dentro de sí. Y ahí, justo en ese momento se dio cuenta que ya no era feliz siendo lo que era. Lloró todas las lágrimas del mundo y recogió todo lo que le quedó, se levantó y se fue. Sin mirar atrás, sin despedirse de ese lugar que por tanto tiempo fue su hogar. Ya su vida no estaba ahí.

Ahora tiene otro nombre, otro rostro y otra vida. Recuerda el pasado con un poco de dolor, pero con mucho agradecimiento. Ese brote bruto lleno de dudas le dio algo que jamás pensó necesitar tanto. Ese brote bruto le dio la oportunidad de ser ella misma.

¿Quieren saber qué pasó con nuestro amigo Brote?

Este es el fin del acto 2. El acto de continuar. El acto de transformarse y ser quien siempre debiste ser.

No hay un orden para ello, pero no duden que nuestro amigo sigue vivo; solo que en una forma que ni él mismo pensó estarlo.

Paréntesis

Como dijo Bane: «Yo nací en la oscuridad, moldeado por ella. No vi la luz hasta que ya era un hombre, y por el tiempo en que lo hice fue sólo cegadora».

Durante mucho tiempo viví tranquilo con mi oscuridad, la acepté y crecí con ella. Hasta que me enamoré.

En ese momento sentí vergüenza y miedo. Miedo de que viera esa parte de mí y se fuera. Miedo de ser quien era. Y ese miedo fue lo que me destruyó.

Ahora muerto y renacido me digo: «Vuelvo a ti, orgulloso y tranquilo. Como hijo pródigo sin nada en mis bolsillos»

Porque no soy un caballero de luz sino un guerrero de las sombras. Y eso esta bien.

No todos pueden ser de luz. La oscuridad no es mala pues en la noche más oscura es cuando se pueden ver las estrellas más hermosas.

Bruto

Hola soy Brote. Tengo algo que decirles y prefiero que Laguna no se entere todavía.

Voy a morir pronto.

Laguna solo sabe que soy un brote, pero no sabe de qué. Quizás diga que le moleste que haya aparecido muy abajo y muy adentro de ella, pero yo sé que no. Sé que se sentía sola en medio de un bosque tan antiguo dentro de un mundo que no conoce.

Laguna es muy bella y no solo hablo de lo que se puede ver, si es que alguien estuviera ahí para verla. Es bella porque alberga a todas las gotas primaverales con amor maternal. Es bella porque habla con la Luna y consigue que le sonría. Es bella porque mantiene la calma aún en la tormenta más terrible.

Sí, soy una rosa y pronto comenzaré a crecer. Desarrollaré un pequeño tallo y mi botón comenzará a tornarse carmesí. Laguna me verá y pensará que soy lo más hermoso que ha visto. Luego mi flor se abrirá y Laguna quedará eternamente enamorada de mí y yo de ella.

Tengo miedo. Hoy quisiera ser un roble eterno cuyas raíces se hundan y abracen lo más profundo del mundo para acompañar a Laguna hasta que el bosque más antiguo desaparezca. Quiero ser cualquier cosa menos una rosa porque las rosas tienen algo para defenderse del mundo cruel.

La vida nos dio un arma para evitar ser tomadas por descuidadas manos o devoradas por distraídos animales, pero lo que nadie sabe es que no quiero esa arma. No la necesito. La detesto.

Cuando crezca y mi flor se abra también brotará mi espina y ella romperá la pequeña burbuja de gotas no tan turquesas ni tan trasparentes que tienen ese sabor salado que me dieron vida.

En ese momento el resto de las gotas que conforman la esencia de Laguna me aplastará y matará.

Así pues queridos amigos mi esencia, algo que no puedo evitar, hará que la esencia de ella me aniquile. Ella sufrirá y yo moriré. Ella estará sola y yo estaré sin ella.

Yo lo sé, pero no sé qué decirle. No puedo mentirle, pero tampoco decirle la verdad. Me siento un brote bruto lleno de confusión. Solo sé que ella me dio la vida y también me dará mi muerte.

Estoy en paz, no me importa morir lo que me duele es saber que ella estará triste, pero no llorará nunca más.

Bizarre Love Triangle – Sita

Cada vez que pienso en ti
Recibo un disparo dentro
De mí, una ráfaga de tristeza.
No es un problema mío,
pero es un problema que encontré.
Viviendo la vida que no puedo dejar atrás.
No me responde ningún sentido.
La sabiduría de un tonto
que no quiere dejarte en libertad.
Pero ese es el camino que sigo
Y es que nadie sabe
Y cada día crece mi confusión
Cada vez que te veo alejarte
Me arrodillo y rezo
Estoy esperando el momento final
En el que digas las palabras que yo no pude decir.

Me siento bien y aliviado
Me siento como nunca
Me sentí de esta forma
Solo no sé que decir
¿Por qué no somos
como fuimos ayer?
No estoy seguro que signifique esto
No creo que tú lo entiendas
Yo ya admití
Que si lastimo a alguien más
Entonces nunca te podre ver como fuimos.
Cada vez que te veo alejarte
Me arrodillo y rezo
Estoy esperando el momento final
En el que digas las palabras que yo no pude decir.
Cada vez que te veo alejarte
Me arrodillo y rezo
Estoy esperando el momento final
En el que digas las palabras que yo no pude decir.

Había una vez…

Había una vez una laguna en medio del bosque más antiguo del mundo. Un bosque que vio nacer a los primeros árboles y cuyas ramas albergaron las primeras formas de vida.

Esa laguna tiene un color de un dulce turquesa que parece de ensueño. Un espejo de agua que parece confundirse con el cielo. Las lluvias la sacuden y alteran esa eterna calma de la que está tan orgullosa. Rodeada de verdor y con aguas tan puras uno pensaría que sería la fuente en donde se refrescan todos los animales del bosque, pero no.

Esta laguna no conoce a nadie. Nada se le acerca y nada vive en ella.

No recuerda como se formó. Solo un día despertó y estaba ahí. Rodeada del bosque más antiguo del mundo en medio de un mundo que no conoce. Donde no hay nada más que árboles y nadie bebe de sus aguas.

A veces aprovecha las lluvias primaverales para tratar de hablar con las gotas que caen sobre ella. «Hola, gracias por visitarme» les dice, pero justo en el instante que tocan la superficie las gotas se vuelven laguna y olvidan todo lo que vivieron en el cielo y su pasado dentro de la nube.

Ha pasado demasiado tiempo en este lugar. Laguna tiene miedo de quedarse sola para siempre. Actúa como si no le importara. Total tiene todo lo que necesita y está contenta consigo misma. Es una bella laguna. La envidia de cualquier fuente de agua, si es que alguien viniera a verla.

Una noche de luna llena Laguna lloró. Es difícil de explicar cómo llora una laguna tan hermosa, pero ella sentía como algunas de sus gotas dentro de sí no eran tan turquesas ni tan trasparentes. Se juntaron muy al fondo creando una pequeña burbuja de gotas de laguna.

Era algo muy pequeño y desde afuera nadie lo hubiera podido notar jamás. Bueno quizás si alguien se hubiera acercado lo suficiente.

Día a día, noche tras noche algunas de las gotas de la hermosa laguna ya no eran tan turquesas ni tan transparentes y se iban juntando en el fondo de ella. Muy adentro donde nadie, si es que alguien aparecía, pudiera darse cuenta.

De repente, porque siempre llega el «de repente» en las historias, Laguna sintió que algo se movía muy abajo, muy adentro de ella.

Justo en el lugar donde todas las gotitas no tan turquesas ni tan trasparentes se habían juntado algo se movía en la tierra. Vibraba, rompia la superficie para emerger.

!Era una brote!

Un pequeño tallito verdecito limón, no más grande que un grano de arroz, pero ahí estaba.

Laguna estaba confundida, algo molesta. Nadie nunca se había acercado y ahora tenía un brote creciendo muy abajo y muy adentro de ella.

Espero unos días hasta que el brote surgiera por completo y le increpó «¡¿Qué crees que estás haciendo, cómo se te ocurre nacer justo ahí?!»

Brote respondió «Hola… nací donde pude nacer. Antes era imposible porque tus aguas tan turquesas y transparentes les faltaba vida para alimentarme, pero no sé qué pasó que algunas de ellas ganaron algo nuevo. Eran saladas, y ese mineral tan importante fue lo que me permitió nacer, justo ahí donde ellas se juntaron. Gracias por permitirme nacer en ti».

Laguna no dijo más durante un tiempo. Se quedó pensando en lo que Brote le había dicho.

Esa noche Laguna ya no estaba sola y sonrió a la luna menguante que le devolvía la sonrisa en lo alto del negro cielo.

Narrador

La vida es muy complicada. No se trata de decisiones fáciles o definitivas. Nunca estamos seguros de estar haciendo lo correcto solo vemos las cosas desde nuestra pequeña ventana que esta llena de cosas de nuestra infancia, experiencia, creencias e ideologías.

Vimos como Carlos y Stephanie llegaron a un punto crítico. Fue doloroso mucho más para ellos. Alrededor las cosas seguían y nadie podía entender qué fue lo que pasó.

Carlos se perdió. Se entregó a una vida llena de excesos y placeres con el fin de evitar el dolor que sentía por separarse de Stephanie. Todas las noches se acuesta mirando el anillo que ella le regaló.

Stephanie enterró su dolor muy adentro y se reconstruyó como una mujer más fuerte. Logró una estabilidad y comenzó a vivir nuevamente. Aún llora cuando nadie la ve.

Queridos amigos esta es una historia de la cual solo conocimos un final. Pudimos ver a los personajes perderse y deseamos, como lectores, decirles lo que sabíamos del otro para que cambien su forma de actuar, pero al igual que en la vida real las cosas no son tan sencillas.

Inicia el acto 2. Dejaremos por un momento a nuestros queridos amigos descansar. Necesitan tiempo para encontrarse nuevamente.

A veces las cosas más maravillosas que pueden suceder en una historia no se trata de lograr sacar una espada mágica de una piedra o lograr vencer a un dragón.

Las mejores historias, las que realmente recordamos en nuestro corazón son aquellas donde nuestros amados personajes logran vencer sus miedos más profundos y sonreír.

Y eso… es casi tan milagroso como una rosa que vive bajo el agua.